Minas Argentinas, operadora de la mina Gualcamayo, se ha convertido en la primera empresa sanjuanina en presentar formalmente un plan de inversión bajo el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), comprometido con una cifra histórica de USD 1.000 millones. Este plan incluye varias iniciativas clave, destacándose el proyecto Carbonatos Profundos (DCP), que será el eje central de la inversión.
Este proyecto se convertirá en una nueva mina subterránea, con un sistema de molienda y una planta de flotación que tendrá una capacidad de entre 3.500 y 4.000 toneladas diarias, y se estima que producirá unas 120.000 onzas de oro anuales durante al menos 17 años.
Según indicaron las autoridades, el estudio de factibilidad y las ingenierías necesarias para el desarrollo de DCP se completarán en 2025, lo que marcará el inicio de la construcción de la nueva infraestructura minera. La inversión estimada para el proyecto es de USD 485 millones, lo que permitirá generar alrededor de 1.000 puestos de trabajo durante la etapa de construcción y 400 empleos adicionales durante la fase operativa.
«Con esta adhesión al RIGI, se logrará un avance significativo. En cuanto a la mano de obra, los sanjuaninos deben entender que este es un proceso largo, por lo que prefiero ser cauteloso al hablar de plazos», señaló Ricardo Martínez, director ejecutivo de Minas Argentinas.
Por su parte, el ministro de Minería, Juan Pablo Perea, destacó la continuidad de la mina Gualcamayo, asegurando que no solo permanecerá operativa, sino que extenderá su vida útil por más de 20 años. «Estamos incorporando energías renovables y un nuevo insumo, la cal, para fortalecer la producción. Estamos enfocados en nuevos proyectos y, con el tiempo, iremos cumpliendo con las etapas comprometidas bajo el RIGI. La producción se extenderá hasta 2046, y el plazo total del proyecto llegará hasta 2059«, afirmó Perea.
Finalmente, el ministro indicó que, para 2025, será necesario ampliar el RIGI: «Con la ampliación de la producción, apuntamos a alcanzar los 800 megas, por lo que necesitaremos incorporar un segundo RIGI. Esto implicará también la expansión de las redes de alta tensión», concluyó.