El episodio que obligó a evacuar el Centro Cívico el pasado miércoles 20 de agosto terminó con un desenlace inesperado. Horas después de conocerse la noticia, una mujer se presentó en una comisaría junto a su hijo de 14 años y confesó que él había sido quien tomó un teléfono y realizó la llamada intimidatoria.
Según detalló el fiscal Ignacio Achem, la presentación ocurrió cerca de las 23:00, cuando la mujer, al reconocer la situación en los medios, decidió llevar al adolescente hasta la dependencia policial. En ese encuentro, el funcionario judicial pudo escuchar tanto las manifestaciones espontáneas del chico como el relato de su madre.
Las pericias confirmaron que la comunicación al 911 se originó en una zona cercana al Centro Cívico, lo que reforzaba la sospecha inicial. No obstante, por ser menor de edad, el adolescente resulta inimputable y no enfrentará sanciones penales. El caso fue derivado a la Justicia de Menores, que definirá los pasos a seguir.
Este no es el primer hecho de similares características en San Juan. En un antecedente reciente, dos estudiantes fueron identificados como responsables de una amenaza de bomba en la escuela Ingeniero Rogelio Boero. En esa oportunidad, la Justicia dispuso que debían afrontar el pago de una suma millonaria en concepto de resarcimiento por el costoso operativo que se desplegó.