Eran muchos más que tres puntos. Era volver a ser San Martín. Era recuperar la confianza. Era poner todo en orden después de una tormenta de tres derrotas. Eran mucho más que tres puntos y San Martín los tuvo que trabajar para poder ganarlos. Con un primer tiempo enorme, con un segundo tiempo con algo de angustia, el Verdinegro volvió a ganar en San Juan, en la Primera Nacional, y recuperó fundamentalmente esa calma que parecía perdida. Alexis Vega y Cristian Ludueña fueron los goleadores del triunfo merecido ante All Boys. Una victoria que volvió a instalar a San Martín en zona de Reducido y sabiendo que antes del receso que se viene por las elecciones nacionales, ha demostrado para todos que está más vivo que nunca y les dará pelea a todos.
El mejor San Martín fue el del primer tiempo. Dueño de punta a punta, generador de las mejores opciones. Profundo, sin tener tal vez ese juego asociado más pulido y elegante, pero con la misma vocación y con toda la intensidad, el Verdinegro mereció haber hecho su ventaja en esos primeros 45′ pero volvió a perdonar. La falta de contundencia lo dejó empatado en la primera parte. Pero jugando, llegando, creo no menos de 5 ocasiones netas de gol contra un All Boys que solamente pudo defenderse sin la pelota y respaldado en la figura de su arquero Mitre que le sacó tres clarísimas de gol: a los 10′ a González, a los 27′ a Arturia y a los 43′ a Bontempo. Solo así se explicó que la primera parte no haya premiado con al menos un gol la personalidad y la propuesta con la que San Martín la jugó.
En el complemento, el arranque fue parecido para San Martín pero en esta oportunidad, a los 8′ consiguió lo que tanto merecía. La armaron entre González y Vega, para que este último metiera un golazo desde la puerta del área dejando sin chance a Mitre, por fin. Parecía que el partido se metía en las necesidades de San Martín. Que con ventaja lo iba a terminar de resolver con espacios pero no fue tan así. All Boys cambió libreto, se le metió arriba y le generó varias situaciones de peligro que fueron llenando de interrogantes la tarde de Concepción. No encontraba la pelota San Martín, no podía sostener el partido y empezó a replegarse. Eso, con los riesgos lógicos y un par de sustos grandes. Primero con Avaro que desperdició una clara opción y luego, casi en el final cuando Salas quedó mano a mano con Monllor y el arquero sanjuanino la sacó. Pero claro, San Martín no merecía empatarlo. Tenía que liquidarlo y en el descuento, apareció Ludueña para cerrar la tarde con el segundo gol y decretar la paz en el Pueblo Viejo.