Peñarol sigue sumando problemas

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El descenso desde el Federal «A» de Sportivo Peñarol las aguas no se calmaron para nada en Chimbas. Es que el plantel bohemio no se entrenó con normalidad debido a la deuda existente que llegó a los tres meses y que se espera, sea la jueza que lleva el caso, quien abone parte de la deuda. Lo cierto es que Peñarol recibirá a Huracán las Heras este sábado en su cancha, en lo que será la despedida de su gente teniendo en cuenta que la semana próxima cumplirá su participación en el certamen cuando visite a Atenas de Río Cuarto.

La derrota del fin de semana ante San Martín de Mendoza terminó por decretar un descenso que ya era anunciado desde el inicio de la pretemporada. Hoy, a días de haber perdido la categoría, son pocos los jugadores que «aguantan los trapos», por graficar de alguna manera la situación. Es que de los más de 15 refuerzos que llegaron al equipo chimbero hoy solo un puñado son los que continúan: los más experimentados y referentes del plantel como Andrés Alderete y Leandro Barrera son el sostén del resto, los que decidieron continuar hasta el final junto a Pave, Pérez y Ortiz. El resto fue emigrando por su cuenta ya cansados de la situación que viene transitando el club y sobre todo de la deuda que ya oscila los tres meses. 

Es la jueza María Inés Moya a cargo del Segundo Juzgado de Instrucción, quien debe abonarle el sueldo al plantel. Es que la cuenta bancaria del club sigue bloqueada, debido a la imputación que recae sobre el presidente Oscar Cuevas quien está imputado por los delitos de estafa y defraudación. Este miércoles desde ese Juzgado se comunicaron con el plantel para solicitar las cuentas bancarias para poder realizar el depósito al plantel y en el transcurso del día solo a cinco jugadores les llegó el depósito. El resto espera. 

Lo cierto es que en Chimbas el descenso estaba cantado desde inicios de este año cuando comenzó el armado del plantel. La pelea dirigencial entre quienes comandaban el club terminó costándole al club chimbero lo peor. Oscar Cuevas el presidente, peleado con el resto de su comisión directiva, terminaron siendo el factor principal de la caída. En esta «guerra de egos», terminaron armándose dos planteles, hecho insólito en el fútbol argentino con dos técnicos y dos planteles entrenando a la par sin saber cuál de los dos sería el oficial. Debió intervenir el Consejo Federal de AFA con un fallo archi polémico que terminó dándole la derecha a Cuevas, casualidad o no, amigo íntimo de Claudio Tapia.

Lo cierto es que la decisión de Cuevas fue jugar el Federal con el plantel armado por Cristian Bove, técnico resistido por la parcialidad bohemia, que terminó armando el plantel que nunca le encontró la vuelta al certamen. Con solo seis partidos ganados en una treintena de encuentros que vieron pasar tres técnicos diferentes, el final era más que anunciado en Chimbas. Todo el culebrón dirigencial sin dudas que afectó a lo deportivo, con un plantel que se fue reduciendo debido a la salida de jugadores que cansados por el destrato y la deuda de varios meses en sus salarios decidieron emigrar antes que el barco se hundiera. Hoy son pocos los que resisten y le ponen el pecho a la dura situación, mientras esperan que la deuda de haberes se reduzca, preparan el choque ante el equipo lasherino en donde solo jugarán por el honor, ese mismo que faltó en la parte dirigencial. 

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