Un hecho de inseguridad ocurrido en las calles de San Juan dejó como saldo no solo un nuevo episodio de violencia urbana, sino también la desesperación de un trabajador que vio cómo en segundos su herramienta de trabajo quedó destruida.
“Me arruinaron”, expresó con impotencia el dueño del taxi que fue embestido por un grupo de adolescentes que huían tras cometer un robo. El impacto, producto de la alta velocidad con la que escapaban, provocó importantes daños en el vehículo y puso en riesgo la integridad de quienes se encontraban cerca del lugar.
El taxista, visiblemente afectado, relató:
“Yo no tengo otro ingreso. El auto estaba en regla, en condiciones, y de esto dependo todos los días. En un segundo me dejaron sin nada, y nadie se hace cargo”.
Según fuentes policiales, los adolescentes venían siendo perseguidos por personal de seguridad tras una denuncia por robo a un comercio, cuando al intentar evadir un operativo, chocaron contra el taxi que circulaba correctamente.
El dueño del vehículo agregó que aún no recibe respuestas sobre cómo será resarcido por los daños:
“Los arreglos cuestan más de lo que gano en meses. Nadie me dice quién va a pagar esto. ¿Qué hago ahora?”, se preguntó con frustración.
Mientras tanto, los jóvenes involucrados quedaron a disposición de la Justicia de Menores, y el caso genera nuevamente debate sobre la inseguridad y la responsabilidad del Estado en la protección de los trabajadores.