En la Cámara de Diputados de San Juan comenzó esta semana el análisis de un proyecto que busca establecer nuevas reglas para el uso de celulares y otros dispositivos electrónicos en los niveles inicial, primario y secundario. La iniciativa fue presentada por el diputado oficialista Enzo Cornejo, quien señaló que la normativa vigente ha quedado desfasada frente a los hábitos digitales actuales y los desafíos que estos representan en el ámbito educativo.
El proyecto plantea derogar la Ley 873-H, que menciona tecnologías ya obsoletas como reproductores MP3 y consolas portátiles, y propone en su lugar un marco actualizado. La idea central es permitir el uso de dispositivos móviles únicamente con fines pedagógicos o por razones de salud, dejando claro que no se trata de una prohibición total, sino de una regulación que contemple excepciones razonables.
En diálogo con Radio Sarmiento, Cornejo explicó que el objetivo es prevenir consecuencias negativas del uso desmedido de pantallas, como distracción, baja atención o incluso conductas adictivas. “Esto no es coartar ni ser autoritario. Es poner orden”, afirmó.
El texto también define responsabilidades concretas para el Ministerio de Educación y las instituciones educativas. La cartera será la autoridad de aplicación y deberá diseñar estrategias institucionales, producir contenidos pedagógicos sobre ciudadanía digital y organizar instancias de formación para docentes, estudiantes y familias. A su vez, se espera que las escuelas incluyan estas pautas en sus acuerdos de convivencia, establezcan sanciones por incumplimiento y evalúen periódicamente la eficacia de las medidas.
Otro punto destacado del proyecto es que la responsabilidad sobre el uso y resguardo de los dispositivos recaerá en los adultos responsables o el personal docente, liberando a las escuelas de posibles reclamos por robos, pérdidas o daños.
La propuesta ingresó formalmente a comisión este jueves y podría ser modificada durante su tratamiento. Desde el oficialismo, remarcaron que la intención es acompañar la incorporación de la tecnología en las aulas, pero bajo criterios claros que garanticen que no interfiera con el normal desarrollo de las clases.