Cuando el fútbol es injusto

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Dicen que en el fútbol no hay justicia. Que los partidos se ganan, no se merecen. Que no alcanza con ser mejor si no se traduce en goles y para el Atlético San Martín la lección más cruel se le dio en San Luis. En una injusticia total, con un trámite que lo tuvo como gran protagonista y el infortunio de un penal en contra, el Verdinegro se quedó sin nada ante San Lorenzo de Almagro en los Cuartos de Final de la Copa Argentina. Fue derrota por 1-0 con ese gol de Girotti, de penal cuando iban 33′ del primer tiempo y todo había sido de San Martín. Antes y después de ese único gol del partido, el Verdinegro había tenido mejor juego, control de la pelota, intenciones pero volvió a pecar de esa fragilidad en ofensiva que lo llevó a quedarse afuera sin merecerlo.

Comenzó San Martín intentando ser el San Martín de siempre. Con la pelota, con la iniciativa, con la idea de ir al frente. La manejó mejor, la controló y fue llevando peligro al área de un San Lorenzo que solamente se defendía. A los 16′ Marcos Arturia tuvo la primera clara en un anticipo de un córner pero se fue por arriba. Parecía que San Martín iba a tener su momento feliz pero a los 31′ en la primera jugada en la que San Lorenzo pisó el área, Maroni frenó, quiso tocar atrás y en el camino encontró la mano de Nico Pelaitay que terminó en penal. Girotti lo cambió por ese inmerecido gol que San Lorenzo nunca pensó lograrlo. San Martín se rebeló. Fue al frente y a los 42′ la injusticia lo dejó sin empate cuando anularon un gol lícito de Llano, tras la mala decisión del segundo asistente que no vio que Giay habilitaba. Era el 1-1 pero terminó en frustración.

En el complemento, San Martín fue a buscar lo que merecía. Los primeros minutos tuvo opciones con Blanco y a los 26′ un tiro libre de Bontempo exigió la atajada del partido para Batalla. No quería entrar y ese desgaste le fue pasando factura al Verdinegro. Fue perdiendo lucidez, fue quedándose sin ese resto final para ir por el empate. Y claro, San Lorenzo con el tiempo ahora a su favor fue acomodándose para sostener la ventaja. No le sobró nada. No arriesgó nada. San Martín se quedó sin nada tal vez sin merecerlo. Apostó a lo suyo, no le alcanzó y el sueño de avanzar en la Copa Argentina se terminó.

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