Según funcionarios del Gobierno, aún sigue en discusión el cuatro pago del Ingreso Familiar de Emergencia de $10.000, que reciben unos 8,9 millones de argentinos. Por su parte, el ministro de Trabajo, Claudio Moroni confirmó que se va a seguir asistiendo a quién lo necesite por la pandemia, pero que aun no está definido a través de qué tipo de programa.
En este sentido, el funcionario descartó la idea de implementar un ingreso o renta universal. “Si se toma al salario universal como la idea pagarle a alguien por solo ser habitante de la argentina, no”, aclaró Moroni en declaraciones a Radio Rivadavia.
“Lo que estamos teniendo son 600.000 personas asistidas por distintos programas o los llamados planes. A lo que está tendiendo el ministerio de Desarrollo Social es a vincularlo con un modelo de inserción en el trabajo, eso sí. Pero universalizar y mantener constante un sistema o un mecanismo sustitutivo de ingresos, no”, descartó el ministro.
De esta forma, explicó que el objetivo del Gobierno es destinar los recursos del Estado a la creación de empleo. “El mejor modo de inserción de cualquier persona en la comunidad en el trabajo, a la Argentina no le sobran los recursos. O apunta a la creación de empleo o a un salario universal por solo ser habitante”, dijo.
Al ser consultado sobre la necesidad de avanzar con una reforma laboral en el marco de un contexto de aumento del desempleo y cifras de trabajo informal cercanas al 30%, el ministro rechazó que un cambio en las normas que regulan el trabajo puede generar más empleo. “El empleo requiere un modelo de desarrollo. En los períodos de desarrollo creció con las mismas normas laborales que tuvimos siempre. Cuando hay crecimiento en la Argentina, el empleo crece”, señaló.
Y agregó: “Se ha dado un debate sobre que deberíamos extender el fondo de desempleo, como el de la construcción, al resto de las actividades. Las empresas con mano de obra calificada tienen un muy bajo nivel de rotación. Prefieren mantener los planteles altamente calificados. Esas empresas no tienen prácticamente despidos”.
El ministro de Trabajo consideró que no está claro que cambiar las normas laborales genere más empleo. “Las empresas de la construcción, desde la década del 60, tienen un convenio especial que no es trasladable al resto de la economía. Y el empleo en negro del que se habla, cuando se empieza a desglosarlo hay montones de figuras distintas. Ahí tenemos economía familiar, pequeños grupos de trabajadores, monotributistas, trabajadores más o menos autónomos, se requiere un abordaje de cada sector en particular”. Según el ministro, el “empleo en negro” o no registrado no es sólo un tema de políticas laborales, si no también de temas impositivos.